Los paneles acústicos controlan la reverberación y las reflexiones indeseadas, mejoran la inteligibilidad de la voz y la música, aumentan la privacidad y reducen la fatiga por ruido. Además pueden integrarse como elemento estético y sostenible, y acelerar la entrega de ambientes acústicamente funcionales sin grandes obras. Ideales para oficinas, restaurantes, escuelas y estudios de grabación.

Un buen diseño acústico reduce el estrés, mejora el sueño y la concentración, facilita la comunicación y protege la salud auditiva. En espacios comerciales eleva la satisfacción del usuario y la percepción de calidad (clientes y empleados), lo que puede traducirse en mayor productividad y mejor valor del inmueble.

El aislamiento acústico busca bloquear o reducir la transmisión de sonido entre espacios (paredes, piso, techo, conductos). El acondicionamiento acústico (o tratamiento) se enfoca en el comportamiento del sonido dentro de un mismo espacio: controlar ecos, reverberación y distribución sonora mediante absorbentes, difusores y resonadores. Ambos son complementarios y se diseñan según el uso del espacio.

En estudios de grabación y post-producción, salas de Podcast y programas, salas de concierto, auditorios, cines, aulas, hospitales, restaurantes con alto nivel de ocupación y oficinas open-plan: cuando la inteligibilidad, la privacidad o el control de ruido son críticos. Un diseño profesional evita costos por rehacer espacios, asegura cumplimiento normativo y optimiza la inversión.

El ruido y la mala acústica disminuyen la capacidad de concentración, la comprensión del habla y el rendimiento académico o laboral; estudios muestran caídas significativas en productividad y atención cuando hay distracciones sonoras frecuentes. Mejorar la acústica aumenta la eficacia de reuniones, clases y tareas cognitivas, así como el bienestar general.